GALLEANDO

¡Qué tío!

miércoles, 18 de mayo de 2022 · 07:49

Me llamó la atención un don nadie, aún, que empezó a calar hondo en la afición una tarde de Fiesta del Toro en Olivenza. Aquel día reivindicó en la plaza su presente y su futuro. Y lo hizo sin alivios ni falsos planteamientos. Sólo con su verdad. Fue su compromiso tan personal como auténtico, tan valiente como conceptual. Lo que hizo y dijo en el ruedo tuvo el mayor calado emocional de aquel recordado festejo. Un valor, a cuidar, que ya había mostrado cualidades y calidades por las plazas de toros de Andalucía ganando, además, el ciclo de novilladas sin picadores organizado por la Asociación de Escuelas Taurinas “Pedro Romero” y Canal Sur TV. Hace de esto casi una década.

Aquel chaval que soñaba con ser torero es hoy una realidad en el escalafón de matadores de toros. Un talento, de esos que todo el mundo alaba, que ha hecho de la ambición su objetivo. Es, por encima de todo, un torero que se aleja de lo habitual y recurre a lo extraordinario. Un valiente que desafió el dolor con heroica decisión.

Sin que suene a pretencioso, la actitud que mostró el pasado domingo en Las Ventas de Madrid fue sumamente sobrehumana. Un gesto que mostró la grandeza de un torero que, con la pierna atravesada por el cuerno de un toro, en espeluznante cogida y grave cornada, se mantuvo en el ruedo sin un mínimo gesto de dolor, sin un leve cojeo, mostrando su enorme capacidad para resolver el final de la lidia con la rotundidad de su toreo y la contundencia de su espada.

Su valor seguirá sin techo y su ansia de triunfo nadie lo pondrá en duda. Y así, en permanente juego con la vida seguirá. Pese a que tardes como la de Madrid, cuando la fluidez de la lidia se transformaba en toreo para el disfrute, el certero pitonazo que le perforó el muslo no fue óbice para seguir y hundir la espada y transformar el toreo en valor y épica.

Nunca, como hoy, estaré más cerca de él. Y aunque estas trágicas situaciones en el toreo son índices de una verdad que sucederá otra vez, y otra vez… ni que decir tiene que Ginés Marín volverá con la misma entrega para seguir provocando incontenibles emociones con la grandeza, el misterio y la magia de este arte eterno que muchos lo tergiversan por no quererlo entender. ¡Qué tío!