CAPOTAZO LARGO

Del pueblo a la capital

martes, 26 de septiembre de 2023 · 08:44

La Comunidad Valenciana celebró el año pasado 8.702 festejos de bous al carrer en 259 de sus municipios, muchos de los cuales vieron triplicada su población cada día de función. Una barbaridad. Eso es un dato real y aséptico. Debe ser que la tauromaquia está fuertemente arraigada y tiene plena vigencia en tierras levantinas. Pero los políticos antitaurinos de quienes dependía la televisión pública valenciana escondieron los toros en los últimos años, como si no existieran, como si no fuesen parte de las raíces y de la identidad valenciana. Sólo aparecían noticias al respecto si de por medio había una desgracia. Puro sesgo, pura censura.

Por otra parte, el último festejo que se emitió en Televisión Española fue la corrida a beneficio de Asprona en Albacete en 2016. Antes de eso muy poco, una el año antes y habría que remontarse hasta 2006 para encontrar la anterior. Llevamos siete temporadas sin retransmisiones. Ni Sevilla, ni Valencia, ni Madrid, ni Pamplona, ni Málaga, ni Bilbao, ni Zaragoza, ni nada de nada. Y todo a pesar de que cada campaña más de cinco millones de espectadores pasan por taquillas para asistir a los toros en España. A esto hay que añadir los 20 millones de personas que presencian festejos de calle.

La tauromaquia se encuentra hoy bajo un constante debate vacuo y sin fundamento. Sin embargo, los números hablan por sí mismos, y la reciente noticia de que Plaza 1, la empresa gestora de la monumental de Las Ventas, ha superado la barrera de los 17.000 abonados para la próxima Feria de Otoño de Madrid, es un testimonio elocuente de que esta tradición persiste y mantiene un sólido respaldo. Podría pensarse que es algo relativo al coso de la capital de España, pero resulta que, además, el palenque de Algemesí ha colgado el cartel de "no hay billetes" para varios días de su ciclo de novilladas, demostrando que el toreo tiene un interés continuo, a pesar de las campañas de desprestigio, acoso y apocalipsis que propagan los antitaurinos.

La plaza de Las Ventas, considerada la más importante del mundo, ha abonado más del 70% de su aforo, y la localidad valenciana de Algemesí prácticamente el 100%, lo que demuestra que la tauromaquia no se limita sólo a los recintos de las ciudades más grandes. Esta tradición está arraigada en comunidades y pueblos de todos los tamaños, y su atractivo no conoce fronteras geográficas. La pasión por los toros se vive y comparte en cada rincón de España, y este compromiso es evidente en la abrumadora respuesta de los aficionados.

A pesar de las críticas y los esfuerzos por parte de los antitaurinos para desacreditar al toreo, éste continúa atrayendo a miles de personas que aprecian su riqueza artística y su conexión con la tradición y cultura españolas. La abrumadora respuesta de los aficionados en Las Ventas y Algemesí demuestra que su vigencia continúa siendo relevante. La tauromaquia es mucho más que un simple espectáculo; es un patrimonio que perdura a pesar de las adversidades y que merece ser respetado y valorado como parte integral de la identidad española y como un derecho del pueblo.

Cuánto bien le haría a los toros que las televisiones en abierto retransmitieran algún festejo, tan fácil como emitir una corrida desde cada coso de primera categoría. Pero eso lo saben los políticos antitaurinos que tienen influencia sobre la programación, y ellos prefieren capar la información de forma malintencionada, no sea que perduren las aficiones. ¿Qué fue de la decencia y el rigor periodístico?

 

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