FESTEJOS

Nek Romero corta dos orejas en el regreso de los toros a Valencia

Oreja para Sergio Domínguez y Manuel Caballero
sábado, 27 de noviembre de 2021 · 21:03

Tras 628 días de clausura, abrió  sus puertas la plaza de toros de Valencia. Lejísimos queda ya aquel 8 de marzo de 2020, fecha en la que se celebró la novillada sin picadores que abrió y cerró la feria fallera de 2020.

Una sequía de más de veinte meses, en los que los aficionados no han tenido la oportunidad de sentarse en los tendidos del coso valenciano.

Y finalmente, a pesar de lo avanzado del calendario, y en unas fechas poco apropiadas por invernales, este certamen 2021 titulado “Valencia busca un torero” organizado por el Centro de asuntos taurinos de la Diputación permitió que no se pasase otro año en blanco.

Una excelente noticia, y es de esperar que las circunstancias no impidan que sea ya la de la definitiva vuelta a la normalidad. Fue todo un gusto, un placer y un privilegio sentarse en los tendidos de la plaza. Vivir el ambiente, la arquitectura del coso, ver los novillos en el ruedo y los toreros enfrente de ellos.

En la primera de estas dos clases prácticas se lidiaron erales de Fuente Ymbro. Abrió plaza un precioso jabonero. Encastado y con movilidad, repitió incansable las embestidas. Con su punto de exigencia, pero sirvió. El castaño segundo, algo escurrido, resultó noble y bonancible aunque escaso de fuerzas. Con todo, tuvo la virtud de humillar mucho y no parar de embestir.

El negro tercero, más montado y alto, resultó exigente. Tendió a quedarse debajo de las telas, y exhibió genio y cierta aspereza. Muy mirón, no terminó  de humillar y punteó siempre los engaños. Sin embargo, acabo yendo a más. El cuarto, alto y vareado, tuvo movilidad y cierta transmisión. Ayudado por su matador, fue a más y duró mucho. El quinto embistió al paso y escasamente convencido, sin emplearse ni entregarse y con un molesto calamocheo. Y se vino de largo, con fijeza, calidad y transmisión el que cerró plaza. Un excelente ejemplar, que humilló y no dejo de perseguir muleta.

Julio Alguiar, de la escuela taurina de Málaga, se mostró como un torero enterado con oficio. Tiene desparpajo en la cara de lo bello, sentido de la ligazón y del temple. Con todo, le costó acoplarse a las enrazadas embestidas de su oponente, en un trabajo que fue de menos a más. Entró a matar sin muleta y fue seriamente volteado. Tuvo que ser conducido a la enfermería. Por fortuna, el percance no tuvo consecuencias.

Joaquín Caro, de la escuela taurina de Madrid, se fue a portagayola saludar a su oponente. Lanceó con variedad y muleteó bien colocado y con buen aire, en una labor que no tomó vuelo por la escasa entidad de su oponente. Firmó una faena de larguísimo metraje, aunque con escaso mensaje, pero en la que puso de manifiesto estar sobradamente preparado. Mató de dos pinchazos y una estocada.

Sergio Domínguez, de la escuela taurina de Badajoz, lanceó con las dos rodillas en tierra. Luego abrió con un pase cambiado el trasteo de muleta, resultando aparatosamente volteado. El percance no hizo mella en su decisión, y continuó con voluntad y entrega.

Nek Romero, de la Escuela de Tauromaquia de Valencia, fue aparatosamente volteado al hacer un quite. A pesar de ello, banderilleó con espectacularidad, facultades y brillantez, en un tercio variado y en el que templo y salió toreando a su oponente tras cada embroque. Autoridad y facultades exhibió en este segundo tercio. Y en el tercio final, anduvo paciente, templado y solvente, en una labor en la que lució en el toreo al natural. Siempre llevando muy cosido en los vuelos de la muleta a su antagonista, en una faena de torero en progresión, y de alto nivel, que estuvo rematada luego con una buena estocada.

Manuel Caballero, de la escuela taurina de Albacete, es hijo del matador de toros del mismo nombre, se mostró solvente en una labor de suficiencia, en la que pisó terrenos con conocimiento y sobresalió por su ligazón. Su trabajo acabó yendo al menos por su larguísimo metraje.

Alejandro Chicharro, de la escuela taurina de Colmenar, se fue la puerta de chiqueros a recibir al cierra plaza. Torero recias hechuras y formas, tuvo la virtud de irse a la boca de riego para muletear con sentido de la ligazón a su antagonista, en una labor esforzada y tesonera, en la que brilló por momentos.

 

Plaza de toros de Valencia. Aceptable entrada en tarde soleada y fría. Erales de Fuente Ymbro, bien presentados, variados de pelaje y de buen juego en general. 

Ficha del festejo:

Julio Alguiar, silencio

Joaquín Caro, silencio

Sergio Domínguez, oreja

Nek Romero, dos orejas

Manuel Caballero, oreja

Alejandro Chicharro, palmas

Incidencias: Entre las cuadrillas lució con los palos y la puntilla Álvaro Coso. Presidió Pedro Madrigal.

 

1
1
0%
Satisfacción
50%
Esperanza
50%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia