Una tarde de cara y cruz

Tras una carrera que había comenzado, un poco en broma, un poco en serio, doce años después de su alternativa, y habiéndolo conseguido todo, Miguel Báez Spínola, el último diestro que ha usado el alias de Litri, decía adiós a los ruedos. Al menos en España, puesto que luego torearía algunas corridas más en plazas americanas. Pero aquel 26 de septiembre de 1999 puso el punto final a su paso por el toreo en ruedos españoles. Fue en La Maestranza, en plena feria de San Miguel.

Vestido de verde hoja y oro, lidió dos toros de Victoriano del Río, siendo ovacionado al acabar con ellos. Aquella tarde, en la que brindó su último toro a su peón de confianza, Manuel Rodríguez “El Mangui”, alternó con El Juli, por entonces en pleno apogeo tras su alternativa de un año antes, y Enrique Ponce, que fue el gran triunfador de la función y cortó tres orejas abriendo por primera vez en su carrera la Puerta del Príncipe. Son los contrastes de la vida. Litri se despidió, con cierta frialdad, y su amigo Ponce salía a hombros en una de sus más gloriosas actuaciones en Sevilla.